Todos tenemos sueños y metas que queremos alcanzar para mejorar nuestras vidas. Pero el camino para lograrlos no siempre es fácil. Requiere esfuerzo, disciplina y sobre todo, motivación constante. ¿De dónde sale esa motivación que nos permite persistir aun en los momentos difíciles?
Encuentra tu propósito
Tener un propósito que consideres importante y significativo es una fuerte fuente de motivación. Saber por qué haces el esfuerzo, para qué sirve, te dará combustible en los días difíciles. No tiene que ser algo grandioso, con que tenga un significado profundo para ti es suficiente. Definir tu propósito te ayudará a mantener el enfoque.
Según un estudio de la Universidad de Stanford, las personas con un sentido claro de propósito presentan mayores niveles de motivación y resiliencia.
Ejercicio: Tómate 5 minutos para escribir cuál es tu propósito personal y cómo te motiva.
Conecta tus metas con tus valores
Cuando lo que buscas está alineado con tus valores y creencias más profundas, es más fácil esforzarte por ello. Si valoras la salud, pero quieres alcanzar tus metas descuidándola, la motivación será menor. Escoge metas coherentes con quien eres.
Un estudio de la Universidad de Cambridge halló que cuando las metas personales están ligadas a los valores individuales se logra un 30% más de progreso en promedio.
Pregúntate: ¿Están mis metas actuales en sintonía con mis valores?
Encuentra tu pasión
Perseguir algo que te apasiona te dará una motivación constante. La pasión es energía, entusiasmo, es lo que te levanta cada día a dar lo mejor. No hay motivación más poderosa que hacer lo que amas. Si no has encontrado tu pasión, explora actividades significativas hasta que la encuentres.
Según el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi, las personas que tienen una actividad que les apasiona experimentan con frecuencia un estado de “flujo” motivacional.
Ejercicio: Haz una lista de tus intereses y pregúntate en cuáles podrías profundizar más para encontrar tu pasión.
Desarrolla tu disciplina
La motivación es cambiante, depender sólo de ella es un error. La disciplina para persistir aun sin motivación es clave. Establece rutinas y hábitos enfocados a tus metas para mantenerte avanzando con constancia. La disciplina sostiene la motivación.
De acuerdo a la psicóloga Angela Duckworth, la disciplina predice el éxito en la vida más que el talento innato. Mantenerse enfocado es clave.
Comprométete: Elige una rutina o hábito que te acerque a tus metas y cúmplela esta semana.
Rodéate de inspiración
Busca fuentes de inspiración, desde personas que admiras, frases, libros, cualquier cosa que te recuerde por qué vale la pena esforzarte. Deja que te inspiren y motiven. Rodéate también de personas positivas que crean en ti.
Los psicólogos señalan que observar ejemplos de éxito en otros que se identifican con nosotros eleva nuestra motivación y autoeficacia.
Inspirarte: Lee la biografía de alguien que haya conseguido lo que tú buscas.
Celebra tus logros
Festeja cada avance por pequeño que sea, y míralos como prueba de que vas por buen camino. Eso reforzará tu motivación. Enfócate en lo positivo y date crédito por ello. Tus logros, aunque sean de etapas, son motivo para celebrar.
La investigación muestra que reconocer y celebrar el progreso, en vez de enfocarse sólo en las metas últimas, aumenta la motivación y la felicidad.
Reconócete: Hoy celebra algo que hayas logrado que te acerque a tus objetivos.
Lograr tus sueños requiere motivación constante. Combina propósito, pasión, disciplina y céntrate en lo positivo. ¡Sigue estos consejos y podrás alcanzar tus metas y crecer como nunca antes!
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