Crear algo nuevo siempre conlleva incertidumbre. Pero decidir hacerlo en público —mostrar el proceso, las dudas, los pasos torpes y los pequeños avances— es algo mucho más valiente y valioso de lo que parece.
No todos lo harían. No porque no puedan, sino porque exponerse sin resultados es incómodo.
Y sin embargo, ese acto de mostrar el proceso es exactamente la esencia de Deeditt.
Todos especulamos sobre el futuro, pero nadie tiene certeza
Hace unos días inicié un reto personal: conseguir 100 personas que usen Deeditt activamente en un periodo de 4 meses. No es una campaña de marketing tradicional. No hay anuncios, ni automatizaciones. Es una búsqueda manual, honesta, hecha a mano.
Y desde que comencé, he recibido todo tipo de comentarios. Algunos ven en la idea algo poderoso. Otros piensan que no tiene futuro. Algunos la encuentran interesante, otros aburrida.
Y todos, en el fondo, tienen razón.
Porque nadie sabe qué va a pasar. Ni yo, ni ellos. Nadie tiene certeza. Solo podemos actuar desde la convicción, no desde la garantía.
Lo importante no es solo construir, sino mostrar lo que implica construir
El reto no es solo técnico. Es emocional, logístico, humano.
- Hay que buscar personas, escribirles, hablar con ellas.
- Hay que mantener las aplicaciones funcionando sin errores.
- Hay que escribir posts diarios, compartir avances, responder mensajes.
- Hay que revisar métricas, aunque no obsesionarse con ellas.
- Y además, hay que mantener presencia en casa, sostener un trabajo parcial, y conservar la salud mental.
Todo esto tiene un costo invisible que muchos no ven y compartirlo también es parte de la misión.
Fallarlo en privado es fácil. Fallarlo en público es un regalo
Compartir el proceso públicamente no asegura el éxito, pero sí deja huellas.
Y esas huellas pueden servir a otros:
- Para evitar tus errores.
- Para entender mejor el camino.
- Para animarse a empezar el suyo.
Mostrar el intento, incluso si no termina como esperabas, también es un acto de generosidad. Porque estás compartiendo no solo lo que sabes, sino lo que aprendes mientras lo intentas.
La misma filosofía que nos trajo aquí
Deeditt no nació para volverse viral, nació para crear un espacio donde escribir tenga sentido más allá del ego o la validación superficial.
Un espacio donde podamos decir: "esto me pasó, esto sentí, esto aprendí".
Este reto es una forma viva de demostrar que esa filosofía se puede vivir, no solo programar.
Así que si estás creando algo, intentando algo, dudando de algo… no esperes al final para compartirlo.
Porque muchas veces, el valor no está en el resultado, está en el intento compartido.
Y eso también es Deeditt.
Comparte experiencias auténticas. Potencia el aprendizaje colectivo.
Deeditt es una comunidad donde las historias reales —logros, tropiezos, decisiones y aprendizajes— se documentan para inspirar, enseñar y conectar. Un espacio libre de apariencias, donde lo que vives puede ser guía para alguien más.